Por: Andrés Travieso

Dios fue su inspiración en la lucha por la construcción de una República libre e independiente.

Unificó voluntades y bríos juveniles en pro de la misión de dejarnos una Patria justa, equitativa y progresista

Avanzó hasta agotar sus fuerzas físicas y bienes materiales, pero hoy su nombre está colocado en la conciencia nacional como el Padre de la Patria. En gratitud a su creador e inspirador exclamó: «El Señor allanó mis caminos».

Rectitud y amor a su gente caracterizaron su accionar político y social.

Todo lo sacrificó: familia, fortuna, salud, tiempo y vida por amor a una causa: separarnos del dominio extranjero.

Ejemplo de la presente y futuras generaciones de dominicanos. Sí, señores, Duarte es un modelo para los jóvenes.

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